Muchas parejas tienen enormes prejuicios cuando se trata de hacer el amor en el embarazo. Aunque acuden regularmente a controles ginecológicos para asegurarse de que la gestación del bebé avanza sin problemas, no se atreven a pedir consejo acerca de las posturas más indicadas para hacer el amor durante esta etapa y cuáles son los períodos más acertados para tener intimidad.
Si las parejas entendieran lo beneficioso que puede resultar practicar sexo, tanto para la madre como para el bebé, no se inhibirían y disfrutarían de una vida sexual saludable y placentera, incluso en este período en el que un niño viene en camino.
El coito fortalece el suelo pélvico y acondiciona los músculos de la vagina, lo cual es muy beneficioso para la preparación del parto. La irrigación sanguínea que se produce durante el encuentro íntimo ayuda a que el bebé reciba oxígeno y, por otro lado, las contracciones propias del orgasmo son agradables para el niño.
Primer trimestre
Lo primero que debes saber es que se puede hacer el amor embarazada y que la libido cambia según el momento de la gestación. Durante el primer trimestre toca ser pacientes, pues la mujer no solo podría enfrentarse a los malestares y molestias propios del embarazo, sino que también atraviesa una etapa en que disminuye su apetito sexual.
Segundo trimestre
En el segundo trimestre vuelve el deseo, pero al sentir que el bebé que está en camino y es ya un ser capaz de percibir todos los estímulos que provienen del exterior, algunas parejas temen hacerle daño u ocasionar algún tipo de contratiempo en la gestación.
Tercer trimestre
El tercer trimestre suele caracterizarse por una nueva disminución de la libido, sumado a que las parejas se inhiben, pensando que el coito podría acelerar el parto. La verdad es que, salvo los cambios hormonales propios de la mujer, el acto sexual no interfiere en la salud del feto ni en su adecuado desarrollo.
Hay que considerar que no todas las posturas sexuales son adecuadas durante este período por razones obvias. Lo primero que debes saber es que hay que olvidarse del popular misionero un tiempo, así como de todas aquellas posturas en las que se ejerza presión sobre el vientre de la madre.
A continuación, te diremos cuáles son las siete posturas más indicadas para tener sexo durante el embarazo sin disminuir el placer y mucho menos dañar la salud de tu bebé.
- Versiona el misionero. En esta ocasión, el hombre puede colocarse a gatas sobre la mujer, manteniendo una distancia prudente de la barriga y evitando presionarla.
- Ella sentada sobre él. No solo es una de las posturas sexuales más placenteras, también es de las más útiles cuando se trata de hacer el amor con una mujer embarazada.
- En una silla, ella colocada de espaldas a él. En esta postura la mujer tiene total libertad de movimiento y la experiencia, además de segura, es sumamente satisfactoria. Ella controlará la profundidad de la penetración y su ritmo.
- En una silla, cara a cara. Es una versión de la técnica anterior, preferiblemente para cuando el embarazo no está en una fase muy avanzada, considerando el tamaño de la barriga.
- Penetración por detrás. El placer en esta postura dependerá también del tamaño del vientre de la madre y del peso.
- Tumbados de lado, cara a cara. Es una postura bastante cómoda, en la cual la mujer podrá reposar la barriga sobre la cama. Ideal para embarazos muy pronunciados.
- Tumbados, ella acostada sobre él. Esta postura es ideal para los primeros meses de gestación. No obstante, cuando la barriga es más prominente, se recomienda recurrir a otras opciones, como practicar sexo sin penetración o sentados.
